martes, 19 de enero de 2010

Aprendiendo a rechazar

Él: ¿Puedo invitarte a un trago?
Ella: En realidad preferiría que mejor solo me dieras el dinero


Él: Estoy seguro que podría hacerte muy feliz
Ella: ¿Por qué? ¿Ya te vas?


Él: Que dirías si te pidiera que te casaras conmigo?
Ella: Nada. No puedo hablar y reír al mismo tiempo


Él: ¿Me puedes dar tu nombre?
Ella: ¿Por que? ¿No tienes tu uno?


Él: ¿Vamos a ver una película?
Ella: Lo siento. Ya la ví


Él: ¿Dónde has estado toda mi vida?
Ella: Escondiéndome de ti


Él: ¿No te he visto en otro lado?
Ella: Si. Por eso ya no voy por allí


Él: ¿Esta libre este asiento?
Ella: Si, y si te sientas también éste


Él: Así es que, ¿A qué te dedicas?
Ella: Soy travesti


Él: Hola preciosa, ¿Qué signo eres?
Ella: De negación


Él: Tu cuerpo es como un templo
Ella: Lo siento, pero hoy no hay misa


Él: Si te viera desnuda moriría feliz
Ella: Si yo te viera desnudo probablemente moriría de risa


Él: ¿Donde has estado toda mi vida?
Ella: Donde estaré el resto de ella: en tus sueños


Él: Soy fotógrafo. He estado buscando un rostro como el tuyo
Ella: Yo soy cirujana plástica. También he estado buscando un rostro como el tuyo


Él: Hola, ¿No salimos juntos una vez? o ¿Tal vez dos?
Ella: Debió haber sido una. Nunca cometo el mismo error dos veces


Él: ¿Cómo hiciste para ser tan bella?
Ella: Probablemente me toco la parte que te correspondía a ti


Él: ¿Saldrías conmigo el sábado?
Ella: Lo siento, pero me va a doler la cabeza el fin de semana


Él: Tu rostro hace que la gente se vuelva a mirarte
Ella: Y el tuyo hace que se le vuelva el estomago


Él: Vamos, no seas tímida. Dime algo
Ella: Ok, ¡Lárgate!

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